Entrevista a Alfredo Meckievi
De la construcción a la desconstrucción de la red de agua
Alfredo César Meckievi, es abogado y fue electo como intendente en tres oportunidades: en 1991, 1995 y 2003. Le tocó asumir por primera vez cuando la situación del agua en la ciudad era complicada: había escasez, pérdidas, estaba reglamentado el horario para el uso del servicio y el agua se repartía en sachets.
¿Cómo llega el servicio de agua a Dolores?
El servicio de agua potable en Dolores llega aproximadamente en el año 1954 con el gobierno justicialista. Se habían hecho estudios, y el agua se traía desde Ayacucho, localidad que está a 160 kilómetros de nuestra ciudad. Allí está la fuente de captación y ese acueducto que trae el agua, abastece Ayacucho, Maipú, Labardén, General Guido, terminando la red en Dolores.
¿Cuál fue el problema principal que tuvo Dolores respecto al agua?
Es obvio que las comunidades que están antes que nosotros, van absorbiendo más agua, ya sea con su crecimiento vegetativo y por el uso que ha aumentado. Antes la gente tenía agua de red y no la usaba, mantenían el sistema tradicional; pero por una cuestión de salubridad eso ha generado una conciencia donde las personas procuran tener el agua corriente. Todo eso hizo mermar la cantidad de agua que llegaba a Dolores y se tornó insuficiente para abastecer a la población.
¿Quién era en ese momento el encargado de la administración?
Estuvo administrado hasta los años 90 por el Estado provincial. En esa época llegamos a un estado de colapso en la ciudad, a punto tal que durante mucho tiempo el abastecimiento de agua se hacía a través del camión regador municipal que recorría los barrios y la gente tenía que cargar en bidones. Además, la municipalidad distribuía el agua en sachet y las casas solamente tenían una o dos horas de agua al día. Estaba regulado el horario para ducharse y lavar la cocina.
¿Con qué situación te encontraste al asumir el mandato?
En este estado de caos me tocó asumir en 1991. Me involucré mucho en el tema porque era el problema más importante del momento. Hicimos un estudio y resultó que había una multiplicidad de factores para que estuviéramos sin agua. Uno muy importante era que a lo largo del acueducto, es decir de la cañería que transportaba el agua, había muchas pérdidas. Esto era producto de las inundaciones, y además que buena parte del tramo pasa cerca de la ruta 2, entonces se producen vibraciones de los camiones que transitan. En la ruta hay cámaras, donde llega el agua a determinada altura, se compensan las presiones y se oxigena. En esa intersección, estaba rota en casi todas las cámaras. Todo eso generó movimientos en esas cañerías de cemento que se agrietaron. Por este motivo, los campos tenían lagunas artificiales con agua potable y nosotros, en la ciudad, no.
¿Qué hicieron?
Nos abocamos a reclamar en la provincia y logramos que se repare el acueducto. Se gestionó aunque llevó bastante tiempo. Se hizo la reconstrucción de todas las pérdidas, incluso en las redes locales, en cada domicilio. Había un estado de abandono y total falta de mantenimiento. Entonces pensamos: "hay que ir por más agua". ¿Pero qué pasa con la que viene? ¿Cuántos litros nos mandan de Ayacucho? ¿Cuántos llegan? Menos de la mitad. Es más fácil abocarse a reparar y que llegue lo que tenemos. La primera tarea fue no perder un centímetro cúbico más de agua de la que podíamos tener. Logramos la reparación del acueducto y que se renovara la red de agua de la ciudad, en donde se perdían millones de litros. Los vecinos se quejaban de que las calles estaban llenas de baches. La razón era que la pérdida de agua ahuecaba el piso, luego cedía la parte superior y se rompía el asfalto. Afortunadamente logramos salir de la emergencia que tuvimos agua todas las horas.
¿Todos los vecinos lograron tener agua?
No, sólo los que teníamos la red, no toda la ciudad. La gente tenía su bomba motor. Cuando vino la red eran muchos los que tenían la cañería y no la usaban porque no se veía como problema. Renovamos la red domiciliar, el acueducto, reparamos la cámara, salimos de la emergencia y pusimos en marcha un plan: hacer un nuevo estudio alrededor de la ciudad para analizar si con la tecnología más moderna había posibilidad de captar de agua saludable. Pero teníamos un problema: hay agua buena pero no en cantidad. Le llaman "lentejas" porque es como si fueran globos enterrados con agua. Cuando se encuentra un pozo apto para la extracción de agua, se agota rápidamente y hay que ser cuidadoso de no exigirlo más de lo adecuado porque si se sigue bombeando, empieza a absorber agua de otras napas que no son buenas y desnaturalizan la calidad del agua inmediatamente.
Es decir es un proceso que requiere mucha precaución.
Claro, requiere un manejo con mucho equilibrio. Nosotros localizamos muchos lugares con agua saludable, por ejemplo en el Camino Fuerza Aérea está el pasaje Lomas de Roldán. Había cinco perforaciones que se unían a un mismo caño, se absorbe de un mismo pozo y se concentra al mismo acueducto, sumado a lo que venía de Ayacucho. Otro era en el Parque Libres del Sur, donde había tres pozos al lado de ruta, también sumados al acueducto. Otro, donde está el tanque de agua frente al Hospital San Roque. Después a la vera del Canal 9, en el campo de Robles, se encontró agua saludable, e hicimos un acueducto que trae agua y se suma a la de Ayacucho. Todas pasan previamente por Obras Sanitarias, se tratan y se suman. Muchos años funcionó porque cambiamos la forma de administrar.
¿Qué pasaba con los vecinos que no estaban incluidos en la red de agua?
Hacíamos las ampliaciones que eran demandadas a medida que lográbamos mejorar el abastecimiento, sino no se hacían porque era absurdo hacer extracciones de lo que no había. Cuando asumimos, los dolorenses que tenían agua eran un 35% , y cuando nos fuimos, el 75%. Íbamos haciendo obras que abastecieran la nueva demanda.
¿Qué ocurrió cuando dejaron la intendencia?
La nueva gestión empezó sin un plan. A esto se sumó que la empresa ABSA es ineficiente y desastrosa. Se notaba que no había inversión y que solo le importaba cobrar la tarifa. La nueva intendencia empezó a hacer redes por todos lados de la manera más caótica, a punto tal de que el propio intendente dejaba rollos de caños de agua, una manguera negra finita y les decía: "Hagansé el agua". Así, cortaban y se integraban a la red de agua. En algunos domicilios se puede observar que las mangueras quedaron a nivel de la superficie. Otras están un poco enterradas. Por otro lado, no hay planos, no se sabe por dónde pasa la red. Es un desastre, llevaron agua a diestra y siniestra agravando el sistema. Como si fuera poco, hicieron funcionar todos los pozos a la vez sin regular y quedaron todos contaminados. Cuando un pozo empieza a chupar de otro porque agota su propia agua, todos se contaminan. Hoy en día, el que quiere, se conecta de una cuadra, dos, o tres. Es arbitrario, la toma de donde quiere. El caño pasa por encima de las veredas, es un caos. Parecía un éxito de gestión: "trajo el agua", hasta que todos nos quedamos sin el servicio.
¿Qué hizo la nueva intendencia?
Como solución se les ocurrió extender el acueducto unos metros y tomar agua del canal. Hoy la captación no se puede hacer de esos pozos, se hace del canal y es insuficiente. A su vez no se ha tenido en cuenta que el agua de ahí no tiene el tratamiento adecuado. Mucha gente se ha criado tomando agua del canal, pero no se la veía con los ojos de hoy; existen los agroquímicos que se acumulan en el organismo por beber de ahí.
¿Cuál es tu visión sobre la situación actual?
Hoy el agua es administrada por una empresa privada con poca inversión y altos niveles de corrupción, y a su vez cero control del Estado. Estas cosas no deben ni pueden suceder cuando el Estado controla. Lo que sucede es que las empresas encuentran funcionarios permeables a beneficiarse, no cumpliendo con su tarea. Hoy, ABSA no tiene los elementos técnicos. Si necesitás datos de la cantidad de usuarios, dicen que no se corresponde con la realidad porque no tienen registradas las ampliaciones que se hicieron en la ciudad. Si demandás una rotura en un caño, te dicen "ahí no tenemos agua". Tampoco tienen planos ni información. No se ocupan de reparar. Es caótico. Cuando nosotros administrábamos el sistema del agua, el responsable era un hombre tradicional de Obras Sanitarias que vivía en Dolores, de apellido Conti. Era sumamente serio y responsable, con él nos entendíamos perfectamente. Se tomaba de cada pozo lo que se debía sin exigir.
¿Qué pasa con los niveles de arsénico?
Yo he tomado muestras de agua en la Plaza Moreno, en el hospital y en casas particulares. Cuando las llevé al laboratorio me dio un nivel de arsénico que triplica el máximo permitido. Dolores tiene un alto índice de enfermos de cáncer, problemas gastrointestinales, de tiroides. Pensamos que el nivel de arsénico se ha sido manipulando por las empresas, porque estaba establecido que había que reducir el nivel en varios años. Lo fueron prorrogando por lobby de las empresas porque no se hacían las obras debidas.
Muchos pozos quedaron fuera de servicio dado el nivel alto de arsénico y no se pueden seguir usando. Además, se agravaron los niveles de contaminación a punto tal de que el nivel de arsénico que tiene el agua que usamos para lavar, también lo tiene el agua supuestamente potable. Todo el agua que se nutre de los pozos de aquí tiene arsénico.
¿Qué dicen los vecinos?
Abrís una canilla y sale mucho olor a cloro, sin embargo, la gente cree que es porque el agua está limpia y saneada, pero en realidad se están envenenando. Esto sumado a que los canales tienen agroquímicos. Además, la toma del agua del canal se hace frente a uno de los basurales más grandes de la provincia de Buenos Aires. Ahí tiran la basura sin ningún tratamiento, eso sale hacia la napas y enfrente está la toma del agua que consumimos. Lamentablemente se dañó lo que teníamos.
¿Qué sucede en la localidad de Sevigné?
Sevigné es una comunidad perteneciente al partido de Dolores, ubicada a 12 km. Allí, el agua que consumían era de un tanque que proveía de agua al ferrocarril. Se tomaba de ahí para abastecer la ciudad en la época de los ingleses. No tenía un tratamiento adecuado ni limpieza. Es un enorme recipiente de ladrillo y cemento que no tiene tapa. Nadie podría creer la suciedad de ese tanque, en el que andan murciélagos y palomas. Sin embargo, fueron funcionarios durante la gestión del ex gobernador Daniel Scioli, y anunciaron con bombos y platillos que destinaban $2 millones para hacer el agua potable. No obstante, está todo conectado al mismo tanque del ferrocarril hasta hoy.
La gente cree que tiene el agua potable, pero no saben de dónde sale. Ni siquiera que tiene arsénico, entre otras cosas.
El intendente anunció en una entrevista radial que quería municipalizar el servicio de agua, haciendo hincapié en la recaudación para el municipio. ¿Cuál es tu opinión?
La recaudación... Con la situación que se vive hoy, sumado a la inversión que esto requiere, excede la recaudación.
Esto de plantear la municipalización es canallesco, es perverso y no responde a ningún estudio. El 99% de la cuestión es el acueducto: es de la provincia pero pertenece y atraviesa todos los pueblos.
Cuando yo asumí, el servicio era estrictamente provincial, del gobierno. Posteriormente se privatizó. Nosotros no sólo controlábamos y exigíamos, sino que denunciábamos el mal comportamiento de las empresas. Llegué a denunciar licitaciones que no se correspondían los números con lo que tenía que ser. Le poníamos personal, cuando había una rotura y había que comprar un elemento, y si no lo tenían (ABSA) lo comprábamos nosotros. ¿qué te impide ir colaborar?
Municipalizar sería la peor decisión. Con lo que se recauda en Dolores no hacés una obra.